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De acuerdo al sector al que pertenezcan, existen diversos tipos de industrias, sin embargo todas tienen en común, hoy por hoy, la importancia de contar con un grupo electrógeno, bien como respaldo ante una posible falla de la red primaria de suministro eléctrico o como fuente principal de energía, al encontrarse ubicada en lugares de difícil acceso.
Ahora bien, antes de adquirir un generador eléctrico para uso industrial conviene tener claros algunos aspectos, que parten en primer lugar de las características de la empresa, es decir, el ramo al que pertenece, la cantidad de maquinaria que utiliza, el tiempo estimado de funcionamiento y las condiciones medioambientales en las que trabajará.
Los equipos eléctricos que se usan son los que proporcionarán la cantidad de kVA necesarias en el grupo para brindar un respaldo adecuado. ¿Cómo calcular esto? Pues muy sencillo, sumando los vatios de toda la maquinaria implicada y dividiendo el total entre 100. Ello dará la cifra exacta de la potencia requerida en el generador eléctrico. Pero cuidado, es siempre aconsejable sobredimensionar en aproximadamente un 20-30% esta potencia pues con ello se garantiza el arranque adecuado de todos los equipos, evitando posibles daños en el grupo electrógeno debido a un sobreesfuerzo. Además, se estaría cubierto ante un hipotético cambio-ampliación de maquinaria.
Luego, se debe elegir entre un generador a gasolina o diésel. Ambos tienen sus pros y sus contras:
Grupo electrógeno a gasolina:
Más barato
Potente
Más emanaciones
Requiere mantenimiento constante
Recomendado para empresas pequeñas
Grupo electrógeno a diésel
Más caro
Muy altas prestaciones
Tiempo mínimo de funcionamiento, 50 horas
Requiere menos mantenimiento que el generador a gasolina
Gran capacidad de ahorro
Recomendado para empresas grandes
Algo, sin duda muy importante a tomar en cuenta es si se requerirá de un grupo electrógeno estacionario o insonorizado. Obviamente, el primero saldrá más económico, siempre y cuando el ruido que emane el grupo no sea un problema a nivel medioambiental, bien sea porque se dispone de un recinto donde colocarlo o porque no haya actividades humanas cerca que les afecte. En caso contrario, y siguiendo protocolos de ley, se deberá invertir en un grupo electrógeno insonorizado.